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martes, 9 de noviembre de 2010

Abella escruta al ser humano en el libro de microrrelatos "Los ojos de los peces"

"Me interesa el conflicto humano, las incertidumbres, situaciones del día a día, pequeños hechos o circunstancias que en un momento dado le pueden cambiar la vida a cualquiera", ha explicado hoy a Efe Abella (Valladolid, 1967), finalista del Premio Nadal 2009 con "El libro del amor esquivo" y que concibe el microrrelato como un género "con sus propias reglas y dificultades", muy distinto a la novela.

Es un texto "claramente narrativo" aunque dotado de un "atisbo de poesía" en el sentido de que "hay que decirlo todo en muy poquito espacio", ha precisado este autor que hasta la fecha, en sus cuatro libros publicados, ha tocado por igual la novela y el microrrelato en función de lo que le ha apetecido en cada momento.

"Creo que existe una falta de comprensión acerca de lo que es este género. Se practica mucho por internet, la gente se lanza a escribir alegremente y además existe la sensación de que los escritores lo utilizan para descansar un poco de las fatigas de la novela, cuando en realidad tiene sus propias reglas y dificultades. Es muy complicado, al menos para mí", ha reflexionado.

Tres años de "lima y amalgama" ha tardado Abella en alumbrar "Los ojos de los peces", en imprimir un sentido unitario a todos los textos, de no más de una página cada uno y de suerte que "no parezca una colección de cuentos aislados, sino una serie como las de los pintores o fotógrafos", ha precisado.

La ciudad de Madrid, donde reside desde hace tres años e imparte clases en la Universidad Pontificia de Comillas, es el escenario de esas narraciones mínimas donde el propio autor "se encuentra disperso" por todas ellas, "en muchos detalles, a veces reconocibles y en otros no", ha puntualizado.

La capital de España resulta "un escenario muy cómodo para cualquier escritor porque ofrece muchas posibilidades para interpretar todo lo que uno ve a su alrededor, los problemas e incertidumbres del mundo y la sociedad que nos rodea, los de tipo sentimental o las relaciones familiares".

"Me limito a reinterpretar o poner al día, desde mi perspectiva, lo que ya está dicho, eso sí con la mayor humildad posible", ha matizado el autor de "La sombra del escapista" (2002), su primera novela, con la que obtuvo el Premio Torrente Ballester, y de "No habría sido igual sin la lluvia" (2007), Premio Vargas Llosa NH a un libro de relatos.

Por las páginas de "Los ojos de los peces" desfilan un insumiso de las cosas pequeñas, desocupados con afán de protagonismo, amores desvaídos, vidas donde la aparente es lo real, marañas burocráticas que dejan a la intemperie al contribuyente, parejas que creen ver el amor en la inercia del cariño, seres avaros y enfermedades seniles como síntoma del ocaso.

También desliza, como una licencia o desahogo personal, evocaciones autobiográficas con un evidente acento lírico.

Son 153 microrrelatos donde ha intentado "congelar un instante, un momento de la vida de alguien, con la pegada suficiente para poder intuir o reconstruir el antes y el después de ese sucedido", ha concluido Abella, que en 2001 publicará una nueva novela "Baruc en el río" (Destino).


Fuente: www.efe.es

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