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martes, 26 de enero de 2010

Citando voy

Una entrada breve pero intensa. Os propongo una cita para los martes, día después del capítulo de Círculos y Dragones del lunes. Para hoy me he tomado la libertad de tomar la frase del post de un blog que sigo desde hace algunas semanas:

"Así como el sabio no escoge los alimentos más abundantes, sino los más sabrosos, tampoco ambiciosa la vida más prolongada, sino la más intensa."

¿Serán los sabios unos pequeños románticos? ¡Quién sabe!

lunes, 25 de enero de 2010

Círculos y Dragones (primera parte)

Capítulo III. Lo estoy sintiendo.

Poco a poco intenta abrir los ojos, pero es complicado. Los restos de fuertes sedantes siguen pululando por su sangre todavía - ¿qué es ese sonido? ¿es una voz? la conozco - se dice Carmela, con poco éxito en su empeño de centrar sus pensamientos con sus sentidos. - No puedo - y se deja caer nuevamente en un profundo mundo de sueños y pesadillas.

- ¿Se recuperará pronto doctor?
- Es probable señor Acueductos, en principio viendo los resultados de las primeras pruebas diría que fue una bajada de tensión con el agravante del fuerte golpe en la cabeza contra el suelo - dijo rígidamente el doctor.
- Esperemos. Gracias por todo.

Tras unas interminables horas de descanso para Acueductos, Carmela vuelve en sí. Alicaída y con signos de agotamiento, consigue a duras penas decir algunas palabras:
- ¿Qué me ha pasado?
- Te encontré en tu apartamento tirada en el suelo. Has estado algunas horas inconsciente. ¿Qué recuerdas?
- Tengo todos mis recuerdos muy borrosos. Iba a entrar pero la puerta me pareció abierta, y no recuerdo más.
- ¿Estás seguro de eso? Probablemente el golpe al caer te haya desconcertado.
- No sé, pero me duele.
- Cuidaré de ti, no te preocupes.
Carmela miró con aire complaciente hacia Acueductos y volvió a cerrar los ojos.

- Hogar, dulce hogar - dijo Carmela con sus aires de grandeza y a grito pelado.
- Ni que hubieras estado un mes fuera hija, desde luego qué te gusta una novedad y un lucimiento.
- Lo merezco. Tráeme algo ¿no? ¿así cuidas tú a tu reina?
- Lo que hay qué hacer para que quiten de trabajar, ¡ay!
- ¿Qué dices?
- Nada, nada. - dejando escapar una sonrisa pícara Acueductos.
- Por cierto, ahora que recuerdo. Recogí un sobre en el bufete de abogados, ¿a qué estamos hoy?
- Martes quince.
Tras una breve incursión en la basura mal recogida en que vivía, y tras la imposibilidad de dar con el sobre, Carmela empezó a agitarse. Su pulso se aceleraba, esa sensación del ascensor regresaba a sus sentidos.
- ¡No encuentro el sobre!
- ¿No recuerdas dónde lo dejaste? ¿estás segura de que al menos entraste con él? Pudiste dejártelo en cualquier sitio y ni siquiera llegar a casa con él.
- No lo sé. ¡Pero no puede ser! tengo qué encontrarlo.

Tras varias infructuosas horas de búsqueda, el sobre no apareció. La noche fue larga para Carmela. No pudo borrar de su mente la rabia e impotencia que suponía perder un recuerdo de su abuelo, desconocido hasta hace algunos días pero ese nerviosismo, estaba contrariada. ¿Por qué le importaba ese maldito sobre de alguien que ni conoció ni qué ha supuesto nada en su vida? Quizás si hubiese estado Merang, su padre, en su vida o al menos en su recuerdo, hubiese sido distinto. - Maldito Mark Jones que vienes a mí, ¿qué quieres y por qué lo haces todo tan complicado? - se dijo Carmela antes de cerrar un ojito, puesto que su sueño era como el de los gatos, con la patita recogida y un ojo abierto.

- Buenos días señorita, buscaba al señor Roberto Muro... algo. Estuve hace algunos días aquí con motivo de una herencia.
- ¿Me podría decir su nombre?
- Carmela Kristine Jones de Todos los Santos.
- Espere un segundo.
Tras un segundo muy segundo, dijo toscamente la secretaria:
- El señor Roberto Muroerto se encuentra ocupado y no podrá atenderla hoy.
- ¿Me podría dar cita para mañana?
- Me temo que es un hombre muy ocupado.
- Para lo que tengo que contarle no necesito que me dedique más de un minuto.
- Lo siento.
- Vete a freír calamares al Caribe guapita de cara.

Más tranquila en su piso, rodeada de su particular mundo revuelto, decide dar carpetazo al asunto de su abuelo. - Con la de cosas que tengo pendientes como para estar perdiendo el tiempo - intentándose autoconvencerse. Mientras intentaba desenredarse el pelo carnicero delante del espejo del baño - oscuro baño todo sea dicho de paso puesto que la bombilla del techo llevaba meses fundida, lo cuál hacía que la única forma de alumbrar el pequeño recinto de aseo fuera con una pequeña bombilla que traía adosada el pequeño mueble espejo -  comenzó a sonar el pequeño teléfono inalámbrico del salón. Una vez cogió el auricular, Carmela sintió como si un rayo atravesara su cuerpo de forma fulminante.
Medio temblorosa consiguió alcanzar a colocar el aparato en su oreja izquierda, y pregunta tímidamente:
- ¿Sí?
- ¿Kristine?
- Sí, soy yo, ¿con quién hablo?
- Soy Mark.
- ¿Nos conocemos?
- Me temo que no y espero que no sea tarde.
- Disculpe, ¿qué quiere?
- ¿No puede hablar Mark Jones con su familia?

viernes, 22 de enero de 2010

Círculos y Dragones (primera parte)

Capítulo II. Recibire, ooo, sorpresare uooo.

Tras el brusco impulso que supuso el sonido del timbre en su relajado pulso cardíaco, Carmela se incorporó desde el sofá y se aproximó a mirar por la pequeña mirilla de la puerta de su apartamento. Tras varios intentos fallidos, la luz tenue del pasillo acababa de apagarse antes de que ella alcanzara la puerta, decidió preguntar con voz tímida:
- Arsa pallá, ¿quién anda ahí?
- Soy Acueductos. ¿Me abres ya enana inmunda o tengo que esperar que el Betis suba a primera?
- Voy, voy - dijo apresuradamente mientras abrí la puerta. Justo apareció ante ella el extraño invitado, no tan desconocido para ella los últimos meses, intentó en vano recriminarle los apelativos de tamaño reducido de su persona - ¡qué es eso de enan...! - sin dejarla terminar, Acueducto la besó mientras cerraba la puerta.

Acueductos, ¿qué se podría decir de este sujeto? joven, elegante, apuesto... apuesto poco porque sea importante para esta historia los romances de Carmela, pero bueno, al fin y al cabo es ella que decide qué aparece y qué no. Esperemos al menos que los momentos íntimos no los libre a modo de revista para adultos (lo mismo eleva el número de visitantes, no lo descartemos, no lo descartemos).

- ¿Qué es esa carta Kris? - dijo Acueductos mientras se acercaba a la pequeña mesa junto al sofá y señalando el sobre recogido por Carmela hoy.
- Bah, algún tipo de herencia de mi abuelo loco imagino.
- No sabía que tuvieras un abuelo loco - dejó caer a modo jocoso Acueductos.
- Hay muchas cosas que no sabes de mí pequeño bastardo.
- Ya veo, ya. ¿Y no sabes qué has heredado? ¿dinero, joyas?
- No lo sé, me citan en un bufete de abogados. Espero que al menos sea libre y me pueda poner ciega a gambones.
- ¿Qué?
- Todo hijo, todo.
La cara de extrañeza de Acueductos ante tal conversación absurda le hizo desistir en conocer qué le había querido decir Carmela.
- Pues yo venía a decirte que he conseguido vacaciones para la semana que viene. He reservado un pequeño hotel en Granjare, al sur de Tinkiwinkie. No creo que tengas muchos problemas para convencer a Vico, además te mereces unas vacaciones.
- Vale, me parece bien. Mañana te lo confirmaré. Y ahora a la cama.
- ¿A qué?
- Descúbrelo tú.

Se abre un nuevo día en Po y nuevamente la lluvia hace acto de presencia. Otro día más para Carmela y su duro trabajo en la carnicería de Vico. Este día deparará al menos un pequeño impulso novelero en su vida, hoy se presentará en el bufete.

- Buenas tardes. He venido porque recibí una citación por motivo de una herencia - dijo Carmela a la secretaria de la entrada de la oficina del bufete.
- Espere un segundo. ¿Me podría decir su nombre?
- Carmela Kristine Jones de Todos los Santos.
- Un segundo señorita Jones. ¿Podría esperar en aquella sala del fondo?
- Gracias.

Según avanzaba hacia la pequeña sala de espera, se sorprendía del estilo barroco muy recargado de todas las paredes del edificio. Tras una breve espera en la sala, la secretaria apareció ante ella y con una breve sonrisa la invitó a coger el ascensor de la entrada hacia la segunda planta.
Carmela cogió el ascensor y mientras subía notó un pequeño estremecimiento en su cuerpo. Probablemente fuera asociado a la incertidumbre, pero no consiguió quitarse ese pequeño nerviosismo que se había apoderado de ella tras el estremecimiento del ascensor.
- Buenas tardes señorita Jones, bienvenida. Soy Roberto Muroerto. Acompáñeme hasta mi despacho. ¿Qué días más malos verdad?
- Sí, sí. Esperemos que pase pronto - dijo en voz baja Carmela.

Una vez accedieron al despacho del abogado y tomaron asiento, Roberto Muroerto sacó una pequeña nota de su escritorio y le comentó a Carmela que el señor Mark Jones, su abuelo, había decidido en su testamento repartir todos sus bienes a dos personas, un hijo suyo, Lenders Mark, y su socio empresarial Tomato Frit. Interrumpiendo al abogado, Carmela no pudo resistirse:
- ¿Y qué pinto yo aquí? - dijo extrañada.
- Es más complicado de lo que parece a simple vista. Su abuelo Jones decidió además, una vez se hubiera repartido la herencia, que su abogado, yo, abriera una carta, la que tengo en mi mano y se la entregase en persona a usted. Aquí tiene -  dijo Roberto mientras le entregaba un sobre antiguo con anotaciones por todos los rincones de éste.
- ¿Y por qué quedaba fuera del reparto de la herencia? No lo entiendo bien.
- Yo tampoco lo entiendo y no tuve conocimiento hasta que se me hizo entrega de mi parte de la herencia, este sobre y una nota con las instrucciones para su entrega hacia su persona, como acabo de hacer.
- ¿Y por qué está abierto?
- Así se encontraba cuando se hizo la apertura de la caja fuerte.
- ¿Tengo algo qué hacer?
- Simplemente firme aquí señorita Jones - balbuceó el abogado aproximando una pequeña hoja con numerosas frases legislativas pomposas e ininteligibles.
- Gracias. Adiós buenas tardes.
- A usted. Que tenga una buena tarde.

Mientras salía del edificio, no paraba de pensar para sí lo absurdo de todos los sucesos que habían hecho acto de presencia en su vida estos dos días. ¡Qué extraño todo! Al llegar a casa y mientras busca en su bolso las llaves del apartamento, nota algo raro en la puerta, como si tuviera un brillo extraño. Intenta apoyarse lentamente sobre ella y la puerta cede... está abierta.

Próximamente, segundo capítulo

Esta noche publicaré el segundo capítulo de... "Círculos y dragones" uy yu yu yu yui. A partir de la semana que viene iré posteando un capítulo el lunes y otro el viernes; lunes para los madrugadores, a las 8 de la mañana y los viernes para los nocturnos, a las 10 de la noche.

Espero que os guste y como buen dadivoso, acepto todo tipo de sugerencias en comentarios para la historia, está abierta hasta el amanecer, como aquél que dice (o es una historia salida, como dice aquel otro).

lunes, 18 de enero de 2010

Círculos y Dragones (primera parte)

Capítulo I. Porque una carta es una, carta es una carta, es una carta.

Otro día lluvioso, y con éste una nueva semana lluviosa en Po. Parece que no hay tregua, o no al menos para esta pequeña localidad de Juntelar, cerca de Van Der Frac Asado, al noroeste del país.
Carmela sale desde su pequeña buhardilla en Taim Escuer para encontrarse con la gélida brisa en el rostro. Llega tarde. La profesión de auxiliar de carnicería no ha calado lo suficiente en su ser, al menos no de momento.
Atravesando Litel Rodando y con toda la ropa bastante calada, se escurre rápidamente entre las cortinillas de la carnicería y entra.

- Buenos días Carmeli de mi corazón - vocifera a modo de speaker Vico, el dueño del local.
- Sí, eso, buenas - responde Carmela algo apagada. Piensa para sí cómo puede existir alguien como Vico, alegre hasta en el peor de los días y con vitalidad, demasiada vitalidad.
- Por cierto llegas tarde. ¿Y ese filetito? ¡Para ti! jajajaja - todo un estruendo de palabras, gritos y risas que consiguen salir a regañadientes por la enorme boca deformada de Vico.

Carmela no se molesta ni en contestar, está más que acostumbrada a las bromas absurdas y principio de desdoble de personalidad que posee Vico. Sabe que le ha echado la bronca por llegar tarde, a su modo, que han traído una pieza de vacuno bastante grande y que por tanto ella va a tener un duro día.

- ¡Ay campanera! Niña, esta mañana temprano Vitorio ha traído carta para ti. Parece urgente, o no, o no sé qué me contó. Creo que era de Salamanca dando gracias a Dani, o yo qué sé. Encima de la mesa del solaun está - Vico tenía la costumbre de poner nombres a los muebles y enseres aludiendo a cualquier objeto que hubiese cerca en el momento que su mente decidiera ser un buen día para nombrar o renombrar cualquier cosa. Por lo visto algún día pasado fue bueno y Carmela no tuvo la suerte de estar presente.
- ¿Solaun? - dijo con excepticismo Carmela, son muchos meses al lado de Vico pero no los suficientes.
- Sí, sí, en el almacen.
- ¡Ah! vale, gracias Vico, intentaré pasarme luego en el desayuno.
- ¡A ti todo! ¡podemos!

Hagamos un inciso. ¿No tiene usted miedo de Vico? A mí personalmente me está dando un no sé qué por el cuerpo, pero al fin y al cabo es la vida de Carmela. Sigamos pues con los hechos.

Transcurriendo los minutos, y con ellos las horas. A mediodía, Carmela entró en el almacén y tras rebuscar en todos los muebles y despensas logró alcanzar una pequeña hoja en lo más alto del estante más alto jamás contado, es decir, muy alto. Le sorprendió muchísimo que el remitente fuese de un despacho de abogados, pero no le quiso dar mucha importancia, ya que no había cometido muchos delitos el último año, y se puso en marcha hacia el edificio de correos.

El tiempo había amainado aunque no se vislumbraba ni el más ligero ápice de pronto sol, a lo sumo algún rayito que escapara de las malévolas intenciones de maese lluvía exagerada.

No tardó mucho en alcanzar el edificio y menos aún en que fuera atendida; otra cosa fue encontrar el dichoso sobrecito.
- ¿Una citación? ¿Herencia? ¿su abuelo perdido Mark Jones? Con mi suerte seguro que heredo alguna deuda - decía para sí Carmela algo perpleja - Ojalá que llueva dinero en mi saca, aunque probable que encuentre problemas "pa mí" - su inmejorable acento andaluz, aprendido tras muchos años duros de oposición en la academia Potequiya resultaba perfecto para la situación.

Toda la tarde estuvo dándole vueltas, siempre que Vico le daba un respiro, a la carta. Su abuelo Mark Jones... había oído muchas cosas y no muy buenas toda su vida, pero jamás llegó a conocerlo.

Ya en su casa de noche, tumbada en el sofá y viendo sin ver la televisión, seguía dándole vueltas a la citación, a su desconocido abuelo. Carmela miró nuevamente de reojo la carta y cuando la volvió a dejar caer sobre la mesa, como ya había hecho varias veces a lo largo de la noche, se fijó en un detalle del sobre. ¡La fecha! estaba sellado en 2011, el año que viene, ¡qué raro que se les haya pasado en correos! justo cuando acerca su dedo nuevamente a la carta... llaman a la puerta.

martes, 12 de enero de 2010

Tu novela al estilo Dan Brown

¿Cómo sería una historia de Dan Brown si te emplease como protagonista y utilizara ciudades y obras de arte más cercanas a nosotros en nuestro día a día (incluida gasolinera de Soria)?

Tan sencillo con hacer clic aquí: http://probar.blogspot.com

Gracias cero91 por este gran aporte al mundo de la lectura jejeje, ahora mismo creo que voy a preparar cuatro sagas espectaculares con las que haré temblar a Harry y al que se me ponga por delante.


lunes, 11 de enero de 2010

Menuda fama

El otro día, engañado por supuesto, asistí al film "FAMA" el cuál recomiendo encarecidamente alejéis de vuestras vidas. En mi opinión bastante simplona, sin nada qué decir y con un final abrupto, por lo largo y cuesta arriba que se hace.

Sinceramente me esperaba otra cosa, si bien la famosa serie no la seguí en su momento (ni cuando empezó  porque era un baby, ni cuando la repetieron posteriormente) dicen que estaba muy bien hilada, esta película no logra ni entretener me temo.

Ahora empieza un nuevo aluvión de películas en la cartelera. Espero tener mejor suerte la próxima vez, no iba a ser todo Avatar claro está.

sábado, 2 de enero de 2010

Hidrogenesse a Eurovisión

Descubrí por casualidad, al ver una noticia en facebook sobre un grupo al que se acababa de apuntar un amigo mío fan como yo de Hidrogenesse, de la existencia de un grupo que apoyan que éstos acaben yendo a Eurovisión. Sin duda alguna sería una gran noticia para todos sus seguidores, ¡y para Europa entera! Tendrían que cambiar mucho las cosas para que esto sucediera, en fin, al menos que no falte mi modesto apoyo (ya soy seguidor del grupo de facebook) y desde este Blog tampoco quería dejar pasar la oportunidad de lanzar un grito de apoyo a estos animalitos ;-)

Pasaros por su grupo y si os gustaron los vídeos que puse en el post sobre el concierto que daban en Sevilla, animaros a uniros y publicitadlos lo más posible.

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