Y ahora van mis viejos y me apuntan en la escuela taurina. Que me digo yo, ¿y pa qué? total, si yo no me acerco a un bicho de esos tan grandes ni por to el oro del mundo. A saber, más de quinientos kilos, ¡dios! Nada, nada, me tango las primeras clases y ya luego que me echen por no ir, total, si yo no me acerco a un bicho de esos ni quemao.
¡otras qué bueno!
ResponderEliminarjejeje