Mi pequeño mundo verde

Hoy voy a comenzar la presentación de mis queridos bonsais. Esos pequeños y traviesos estáticos que tengo en mi balcón, y que poco a poco han acrentado en mí la afición por las plantas.

En primer lugar, el veterano (ocho años de edad), mi querido olivo. Estéticamente no es muy agraciado y por supuesto no he conseguido estructurarlo como todo olivo manda en sus cánones bonsai, pero tampoco está mal para ser el primero. Que exteriormente no tenga un aspecto propio de bonsai no quiere decir que tenga menos cualidades como tal; he de decir que en estos tres últimos años me ha proporcionado gratas cosechas de pequeñas aceitunas negras, un manjar para unas mini-tostas.

En segundo lugar, y con gran cariño os presento a mi granado. Su procedencia, made in Brenes. Las manos de mi madre (todopoderosa e insuperable en el mundo de las plantas, y por qué no decirlo también, en la cocina; nada que envidiar a Arguiñano, Arzak o Ferran Adrià) fueron sus creadoras. Actualmente, con sus 3 añitos, es sin duda el referente en mi mundo bonsai. Tronco perfecto, estilo definido y tamaño adecuado, es sin duda la guía para el resto de mis pequeños callados.

Poco a poco os presentaré al resto de mis criaturas y posteriormente os planterearé mis experiencias, dudas y proyectos.