Un año completo, de mal a bien en lo personal y de mal a mal en lo terrenal. Comenzó mi año fulgurante, como si tuviese en mi interior el espíritu Obama, y completé un inicio, cuanto menos pasado de grados, a modo de balneario Baden Baden en mi interior.
Los primeros meses me deparó a mi lado una gran persona, que incomprensiblemente a mi lado sigue, y puedo presumir ser la envida del Arcelona, porque ni en el Champions se consigue ligar así, sin copas. La roja ganó y dividió mi corazón en dos; bien por coger algo por fin que no sea de cualquier deporte menos del de la pelotita en portería ajena; mal porque soy verde, aunque digan que de segunda.
Tras la grave crisis, iniciada el año pasado, mi compañero de piso voló algo más lejos que sobre el nido del cuco, reflejando en mi cuenta bancaria una crisis económica nada desmerecedora de telediarios.
Dicen que año de viajes, grandes brebajes. Tan sencillo como una linda cafetera para evitar la crispación que se hacen mutuamente mi café con la leche; de momento ha sido una gran idea para calmar la mayoría absoluta del aimaza.
He de decir que al llegar este frío veraniego he luchado con todos mis esfuerzos por revertir el cambio climático, pues me considero uno de los más importantes responsables de que mi casa padezca un fuerte calor de radiador en peligro de extinción, así como aquellas malévolas bombillas de alto consumo que me degradan a engendro de la naturaleza. Naturalmente, y como no podía ser de otra forma, compro bolsas de plástico del arreful, ya que es la única forma de calmar mi conciencia caca caca.
¿Balance de 2009? Todo. ¿Cómo será el 2010? Como ninguno. ¿He dicho algo nuevo? No lo pretendo. Como buen friki, despedida para todos aquellos que tengan un inicio de 2010 a base de exámenes y oposiciones ¡recordad que ante la duda, la respuesta correcta es la b, si hay varias, a y b son correctas, y aunque confíes en todas las anteriores probablemente sea ninguna de ellas!